Por: Magela Luksic, Coordinadora Nacional – Programa de Salud Mental
Comunitaria “WAWASPAQ”, AYNINAKUNA.

El termino SALUD MENTAL nos permite generar en todos los casos, una serie de búsquedas y
acepciones. El sólo hecho de considerarla como un “ALGO” que está en todas partes, en todas
las personas, en todas las familias en cada institución que implique un intercambio de
experiencias del corte social.
Continuamente nos preguntamos como seres sociales, el porqué de muchas actitudes y formas
de actuar tanto de las personas como de las instituciones, cuando éstas expresan formas de
resolver o reaccionar tan diferentes entre si ante un mismo fenómeno y nos parece extraño
aquel comportamiento que no coincide con las demandas de una sociedad que exige y acepta
formas de interacción que estén de acuerdo con las normas establecidas en la convivencia. En
otras palabras, que se enmarquen en lo que la NORMA establece como una reacción común a
todos considerando la adhesión a esta norma como aquello NORMAL.
En ese sentido, se podría considerar a la Salud Mental como aquel estado del cual, un ser
humano, cualquiera fuese su condición, pudiese gozar a plenitud, integrando en este estado
situaciones de bienestar tanto emocional, como social, físico biológico, orgánico y funcional; en
si se podría equipar a la Salud Mental como aquel estado de bienestar integral del que debiera
gozar todo ser humano, familia y grupo social en permanente interacción.

Partiendo de la premisa de que la SALUD MENTAL es, no sólo el estado natural de la sociedad,
sus instituciones y las personas que la componen,sino más bien un estado de plenitud que debe
ser reconocido y considerado como un derecho inalienable que debe ser respetado, pero
además y sobre todo garantizado y promovido en todas las esferas y etapas de la vida.
Ahora bien, ¿qué sucede cuando la SALUD MENTAL se ve afectada y disminuida, o bien alterada
negativamente?, expresando dificultades, problemas que hacen que ésta vaya perdiendo vigor
de manera progresiva y vaya estableciendo alteraciones que y/o trastornos a causa de factores
afectivo-emocionales, cognitivos, ambientales que obligan al cuerpo, a la mente a la psique a
reaccionar de manera defensiva, creando realidades paralelas como mecanismo de
sobrevivencia. Mermando su capacidad de autodeterminación, de autogeneración de
alternativas…ocurre que la salud mental empieza de desaparecer como estado natural y
aparecen las primeras señales de la enfermedad y afección tanto mental como psíquica,
empobreciendo la capacidad de actuación funcional de la persona en relación a su entorno.
Nuestro desafío, como Programa desde Salud Mental Comunitaria WAWASPAQ y como
instituciones sociales y como sociedad, es poder conservar la salud mental en su estado natural,
en su estado completo e integral. Nuestro compromiso con cada niña, niño y adolescente, con
cada familia, implica apoyar en conservación de su salud mental completa y plena, promoviendo
su estado de conservación como un derecho, nuestro compromiso está en la prevención y
cuidado de la salud mental junto a las familias, a las comunidades y a las instancias locales, más
cercanas a la niña, niño y adolescente.

El desafío que implica y abarca ese compromiso está apoyado en un Modelo de la atención, y
cuidado de la salud mental, un modelo que promueve el fortalecimiento del rol del entorno
comunitario, La salud mental desde el enfoque comunitario plantea la posibilidad de cuidar de
ella desde la estructura orgánica de cada comunidad, desde la realidad natural local, en la que
cada individuo viene abrazado, protegido, respetado, reconocido e integrado por su familia y
por su comunidad como un sujeto pleno de derechos, especialmente en el caso de personas con
algún tipo de dificultad o situación discapacitante, que le genere una disfuncionalidad
psicosocial.

Creemos que la salud mental empieza y termina en la familia y es en ese escenario,
inmerso en una comunidad, en el que se generarían las respuestas y soluciones reales e
inmediatas ante situaciones de mejora y cuidado de la salud mental, especialmente en niñas,
niños y adolescentes; pero también en familia como sistema en el cual se dinamiza, se
estructura, se construye y deconstruye una forma de vivir, de reaccionar ante la vida, la familia
y la comunidad como escenarios inmediatos en los cuales se encuentran tanto el problema como
la solución al problema psicosocial, considerando a la misma como el factor estructurante de
cada uno de sus miembros en tanto sus esencia psicosocial, por ello fundamentalmente, es que
creemos en la importancia determinante del trabajo desde al perspectiva comunitaria, más allá
de la perspectiva especializada de segundo nivel del cuidado de la salud mental, considerando a
esta última como importante a combinarse con aquella comunitaria de atención de primer nivel.

Paz, 10 de octubre de 2021